Con información actualizada
Este disco está rebuenisimo... como para meterse algo mas fuerte en SanJo ;) .. un té de honguitos por ejemplo.
Tengo todos los discos... los voy a subir poco a poco. Dejen sus comentarios.
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A petición de un carnal que pide mas información sobre éste disco les dejo éste pequeño texto tomado de Manticornio y escrito por Martín HERNÁNDEZ.
Junto con los álbumes homónimos de FLÜGHT, THE HIGH FIDELITY ORCHESTRA e ICONOCLASTA, considero que el álbum debut de Jorge REYES como solista, es uno de los más importantes del progresivo mexicano de la década de los 1980’s. Así como en el libro en el que está inspirado, donde el hijo de Pedro Páramo viaja a Comala buscando encontrarse con su padre, sólo para verse atrapado en un mundo sin vida, fantástico y aterrador, REYES nos mete de lleno en un mundo de sonoridades profundas y misteriosas, creado a base de cantos ceremoniales, gritos desgarrados, sonidos de agua, de fuego, de viento y atmósferas oscuras creadas con una amplia gama de instrumentos prehispánicos, perfectamente balanceados con sintetizadores y otros dispositivos electrónicos con los que acentúa el ambiente espiritual y místico de sus composiciones.
Con apenas poco más de media hora, repartida en 6 composiciones que van desde un par de minutos hasta los 12 que dura el tema principal, Jorge REYES reconstruye la magia poderosa que Juan RULFO describió en "Pedro Páramo". En un derroche de talento, en este álbum colaboran con REYES un selecto grupo de músicos y artistas, como Arturo MEZA (tambores tarahumaras, “mezáfono”), Humberto ÁLVAREZ (piano preparado), Saide SESÍN (poemas) y el grupo La TRIBU (percusiones, música del cuerpo, cantos).
La suite inicial, ‘Comala’, es siniestra, hipnótica y hechicera, cargada de ecos de fantasmas y muertos vivientes. La base rítmica, a cargo de La TRIBU, percusionistas de primera línea, y los versos rituales de María SABINA imprimen a esta pieza una energía oscura que se acumula hasta llegar a un clímax ritual hacia el final de la obra donde, como en el libro, de repente todo se disuelve y desaparece.
‘Adiós mi acompañamiento’ y ‘Hekura’ son puentes que enlazan a la suite inicial con ‘Nadie se libra en Tamohuanchan’. En ambas se desarrollan un poco más las atmósferas oscuras, y nos van introduciendo en un estado de ánimo a medias entre la vigilia y el sueño, con sonoridades etéreas y ecos lejanos. ‘Nadie se libra…’ se refiere a Tamohuanchan, el mítico lugar de donde partieron los mexicas en su larga peregrinación hasta Tenochtitlan. En la interpretación de REYES, éste es un lugar fuera de este mundo, un sitio de pesadillas, de reunión de fantasmas.
En ‘La Diosa de las águilas’ el rol protagónico lo tiene María SABINA, la famosa sabia y gurú mazateca, sacerdotisa de las sustancias místicas y los hongos alucinógenos, quien canta de manera letárgica una serie de versos rituales. Este rito de SABINA fue grabado por Gabriel ROMO en 1993. Sobre los versos, Jorge añadió un patrón rítmico construido con cántaros, ocarinas, guitarra y sintetizadores. La voz del viento y del fuego acentúan la atmósfera mágica. El álbum original termina con ‘El ánima sola’, un collage de voces, ritmos hipnóticos, ocarinas y silbatos de viento, delante de un lienzo sonoro que me recuerda al Jean-Michel JARRE de "Zoolook" a "Rendez-Vous". Al final, todo se va disolviendo en el viento y el olvido.
La versión en CD de 1993 incluye un corte adicional, ‘El arrullo de la mujer día, mujer luz’, que me parece debe ser una versión alterna a ‘La Diosa de las águilas’, pero incluye la grabación completa del cántico de María SABINA. Casi nunca quedo muy contento con esta práctica de añadir cortes “de pilón” a los álbumes clásicos. Normalmente tienden a romper la unidad de un gran álbum, antes de hacer un aporte significativo al mismo. En este caso no sucede así, y esta pieza adicional funciona bien como broche para cerrar el álbum.